Freitag, 9. März 2012

El cabello en el siglo XX























A principios del siglo, los cabellos femeninos se usaban todavía relativamente largos, y se ondulaban para obtener una mejor apariencia. El método para el ondeado era el ideado por Marcel Grateau, con una tenaza caliente que sólo servía para cabellos largos. Como los cabellos se comenzaron a usar más cortos, un nuevo método fue necesario para conservar la ondulación. El primero en desarrollar un sistema de ondulado permanente fue el peluquero y peinador alemán Karl Nessler (luego Charles Nestle), en 1905. Patentó en 1906 el sistema en Alemania, que consistía en un complejo de rodillos en los cuales se enrrollaba el pelo, conectados a una máquina que los calentaba por medio de una resistencia eléctrica. Los rodillos se mantenían lejos del cuero cabelludo por un sistema de contrapesos. Primero se aplicaba hidróxido de sodio (soda cáustica) y luego se calentaba. El proceso demoraba unas 6 horas. Nessler probó primero el método en Paris en una mujer, Katharina Laible, a la que le quemó dos veces todo el pelo y parte del cuero cabelludo. Luego se casó con ella. En 1915 Nessler se fue a EEUU y descubrió numerosas falsificaciones de su patente. Entonces abrió salones de belleza en New York y volvió a patentar el sistema perfeccionado, bajo las leyes norteamericanas.

Durante la primera década del siglo, los estilos de cabello femenino fueron muy similares a los de fin del siglo XIX: siguieron usándose el ondeado "Marcel" y el estilo "Gibson Girl". La revolución vino después de la Primera Guerra Mundial. Las mujeres comenzaron a usar el pelo corto, no más abajo del lóbulo de las orejas, lo cual fue una verdadera innovación. Este estilo significaba el nuevo modelo de mujer de la época: más independiente, más práctica, con más libertad de movimientos. Este estilo se llamó el
El estilo tuvo numerosas variantes: con el cabello liso, o también ondulado, y con distintos tipos de cortes.
Irene Castle
Mary Pickford
Alice Day
Louise Brooks
En los primeros años del siglo, los hombres seguían usando los mostachos, pero con pelo generalmente corto. A partir de 1920 se puso de moda la cara afeitada y el cabello corto, con un peinado generalmente chato.
1911, Gaston Briand1925, Rodolfo Valentino1928, Konrad Veidt1930, Fred Astaire
La década de 1920-1930 tuvo dos aportes tecnológicos en lo relativo al cabello: el desarrollo del primer secador de pelo portátil y las mejoras en las máquinas de permanentes.
Los primeros secadores de pelo portátiles eran pesados, de cerca de 1 kg., construídos en acero y cinc, y emanaban poca corriente: sólo unos 100 watts, lo que hacía que se necesitara mucho tiempo para el secado. Eran, además, peligrosos por el riesgo de electrocución al entrar en contacto con el agua. Con el correr del tiempo y hasta el día de hoy, irían evolucionando hasta hacerse más potentes y más seguros. Actualmente tienen un sensor que interrumpe el circuito de corriente automáticamente cuando detecta una sobrecarga, y tienen una emanación de calor de 2000 watts.
Las máquinas para permanentes fueron mejoradas en esta década por el suizo Eugene Suter y el español Isidoro Calvete. Ellos desarrollaron un sistema tubular en el cual se insertaban dos bobinas dentro de un tubo de aluminio. El mechón de cabello se enrrollaba adentro del tubo en espiral, y esto permitía que el cabello cerca de la raíz, más grueso, recibiera más calor que el de la punta. Luego hubo variaciones y mejoras en el sistema, como el del checo Josef Mayer en 1924, y la afroamericana Marjorie Joyner en 1928, quien patentó una máquina en el cual el pelo se enrrollaba en cilindros. La compañía de Calvete, ICall, creó en 1934 un sistema en el que los tubos eran desconectados de la corriente al ser aplicados, e iban disminuyendo el calor hasta el final de la operación. En 1938, Arnold F. Willat inventó el "ondulado en frío", que fue un precursor de la permanente actual. El sistema consiste en enrrollar el cabello en rodillos y aplicar una loción reductora de tioglicolato de amonio, el cual corta la cadena proteínica en la queratina que da elasticidad al cabello. Luego se aplica una loción oxidante, peróxido de hidrógeno, que permite darle forma al cabello.


En 1935 se realizó en Londres un certamen de peinados con permanente, el Hairdressing Fashion Show, y el primer premio fue para una permanente realizada con una ICall Machine de la época. Puede observarse el pelo muy corto, tintura bicolor, y un elegante diseño con un estilo típicamente art-deco..
Durante las décadas de 1930 y 1940, después de la Gran Depresión que afectó a la economía de todo el mundo, en 1929, los estilos femeninos serán algo más naturales, aunque siempre con una tendencia a las permanentes. Los cabellos se usarán más largos, hasta el cuello, y se empezarán a poner de moda las rubias platinadas, como Jean Harlow. Los hombres seguirán usando los cabellos cortos, y generalmente untados con fijadores.


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